miércoles, 13 de febrero de 2008

EL HEROE


Cuando llegó el 5 de julio de 1811, día en que el Congreso de la Provincia de Venezuela firma el Acta de la Independencia, Bolívar y Miranda a través de la Sociedad Patriótica, constituida por masones, presionaron para que los indecisos se pronunciaran por la emancipación. En momentos cuando la duda parecía apoderarse del Congreso, Bolívar, enardecido gritó: "Trescientos años de esclavitud no bastan?".

El 11 de julio, se produjo en Los Teques, la primera rebelión de los realistas, a los gritos de: "Viva el Rey y la Santísima Virgen del Rosario!". Días más tarde estalló en Valencia otro golpe contrarrevolucionario. El Marqués del Toro fue comisionado para someter la sublevación, pero le fue tan mal, que el General Francisco de Miranda tuvo que acudir en su ayuda.

A fines de 1811, el isleño Domingo Monteverde, oscuro oficial de Marina, pero feroz y lleno de odio contra la joven República, organiza un ejército y entra a Carora. El 26 de marzo de 1812, ya cuando la contrarrevolución de los españoles había tomado cuerpo, sacude gran parte del país un violento terremoto, que es utilizado por el clero reaccionario para decir a la asustada gente que era un castigo de Dios por haberse rebelado contra la autoridad del rey español.

Fue entonces cuando Bolívar demostró su pasta de Iíder, replica: "el cielo nada tiene que ver con nuestro movimiento para libertarnos del poder español... Si se opone la naturaleza, lucharemos contra ella y la haremos que nos obedezca!".

Los acontecimientos se precipitaron y la lucha por la independencia se generalizó en todo el país. El realista Monteverde avanza incontenible. El ejército patriota, indisciplinado, sin instrucción y carente de armamento, bajo el mando de Miranda, poco puede hacer para detener la ofensiva española.

Bolívar es el jefe de la importante plaza de Puerto Cabello, pero la traición echa por tierra a sus planes. Monteverde sigue avanzando y para no ser copado por los realistas, Bolívar, escapa a La Guaira por el mar.

Miranda, entre tanto, con sus 62 años de edad a cuestas, para evitar que Monteverde ahogue en sangre a Caracas, después de la traición del mantuano Casa León y tras de recibir la aprobación de la Junta Nacional, negocia con los realistas la capitulación.


Pero los chismes y las intrigas de los mantuanos, presentan a Miranda como "entreguista" en la última semana de julio de 1812. Un traidor, Manuel María de las Casas, el comandante de La Guaira que colaboraba con Monteverde y el licenciado Miguel Peña, finalmente persuadieron a Bolívar ya un grupo de oficiales, sobre la "culpabilidad" del viejo general caraqueño.

Bolívar, Chatillón y Montilla fueron los encargados de hacer preso al generalísimo, quien después fue entregado a los españoles. Bolívar logra embarcar para Curazao, de donde partió a Cartagena. Rápidamente consigue recursos y gente, para luchar en la zona del Magdalena, hasta llegar a Tunja. En mayo de 1813, convence al Gobierno de la Nueva Granada para que lo ayude a combatir a los españoles de Venezuela. Entra triunfalmente en Mérida y el 15 de junio, en Trujillo, proclama la guerra a muerte, como respuesta a los horrores cometidos por los realistas.

Peleando con indescriptible ardor se abre paso a Caracas, destruyendo tropas españolas bien pertrechadas. Esa titánica operación bélica que duró noventa días, es la que se conoce en la historia con el nombre de "Campaña Admirable". En Caracas, es aclamado Libertador, y continúa luchando con éxitos y fracasos, como la famosa batalla de Araure.



En 1814, el sanguinario Boves, al mando de llaneros, negros y mulatos, enloquecidos por la sed de sangre, había convertido en un infierno a gran parte del territorio venezolano. A Bolívar le tocó combatirlo en las dos batallas de San Mateo y en la primera batalla de Carabobo. En junio de 1814, Boves triunfa en La Puerta y avanza hacia Caracas. Perseguido por las hordas realistas, Bolívar se retira al Oriente. En Aragua sufrió un revés ante las fuerzas de Morales. Llega a Barcelona y con sus tropas diezmadas sigue a Cumaná y Carúpano, embarcándose finalmente rumbo a Cartagena, el 25 de septiembre de 1814, acompañado de Santiago Mariño.

En Tunja, el Congreso le tributó cordial recibimiento, otorgándole amplios poderes para la campaña de Santa Fe de Bogotá, que estaba en poder de los realistas. Expulsa a los españoles de esa ciudad y avanza sobre Santa Marta, para desalojar a los realistas. Entre tanto una nueva expedición militar llegó de España a Venezuela, aumentando los sufrimientos de los patriotas.

Bolívar, de Colombia se trasladó a Jamaica, donde escribió la célebre "Carta de Jamaica", en la cual hace un certero análisis de las causas de la derrota y de lo que debe hacerse definitivamente para lograr la libertad.

En Jamaica, Bolívar, desarrolló una laudable actividad intelectual y de organización para la nueva campaña militar en Venezuela. Uno de sus grandes colaboradores fue Luis Brión, más tarde Almirante de Colombia. El gobierno británico lo obligó a salir de Jamaica. Marchó entonces a Haití, donde encontró la fraternal acogida del Presidente Alejandro Petión, quien lo ayudó a regresar a Venezuela.

En 1815, Bolívar llegó a Margarita y de allí al mando de una expedición, donde Santiago Mariño, era el segundo jefe, partió a Carúpano, siguiendo después a Ocumare de la Costa. Proclamó la cesación de la guerra a muerte, el perdón de los españoles que se rindan y la libertad de los esclavos negros, cumpliendo así una promesa hecha a Petión.

Volvió a Haití por segunda vez y regresó a Venezuela en enero de 1817, llamado por Brión y Arismendi. Reorganizó el ejército patriota en Oriente y se instaló en Guayana, donde hizo una estrecha amistad con el entonces coronel Antonio José de Sucre.
Angostura, hoy Ciudad Bolívar; era la capital del Gobierno Revolucionario. Desde allí escribe a los revolucionarios de Argentina, Perú, Nueva Granada y entra en contacto con José Antonio Páez, que había tomado el control de los llaneros. Por esos días uno de los jefes patriotas, el general Piar trata de levantarse contra la autoridad de Bolívar, quien para mantener la disciplina del ejército se vio en la necesidad de ordenar su fusilamiento.

Desde Guayana, Bolívar entró a Calabozo, derrotando al general español Morillo. Ocupó los valles de Aragua, pero volvió a ser derrotado en La Puerta. Sin embargo, infatigable, volvió a Angostura, reorganizó el ejército, nombró su Gabinete y hasta se dio tiempo para fundar el periódico "El Correo del Orinoco". Seguidamente convocó el Congreso de Angostura y dirigió su proclama a los neogranadinos.

La Legión Británica aumentó las fuerzas de Bolívar. Entonces cruzó Los Andes para libertar a Colombia. Con tropas cansadas, mal vestidas y peor alimentadas, derrotó a los españoles en la Batalla de Boyacá, considerada por todos los historiadores como proeza militar y modelo de estrategia. Eso sucedió el 7 de agosto de 1819.

El Congreso de Colombia, agradecido confirmó a Bolívar como Jefe Supremo del Ejército y lo eligió Presidente de la República. El 17 de diciembre de 1819, su proposición para la unión de la Nueva Granada y Venezuela, fue aceptada por el Congreso.

En enero de 1820, Bolívar proclamó en Bogotá la creación de la Gran Colombia. En diciembre de ese mismo año, Bolívar se encontró con éste en la villa de Santa Ana, del Edo. Trujillo para firmar un armisticio, luego Morillo se retiró a España, dejando al general La Torre, como jefe del Ejército Español.

Cuando Maracaibo se adhirió a la revolución de la independencia, el general La Torre, creyó que se había roto el armisticio firmado por Morillo, decidió entonces hacer de nuevo la guerra al ejército de Bolívar.

El choque inevitable se produjo en la llanura de Carabobo, el 24 de junio de 1821, a las once de la mañana. Otra vez demostró Bolívar su gran capacidad de guerrero y genio organizador. Con la ayuda de los Llaneros de José Antonio Páez y de la Legión Británica, derrotó al ejército español. Con esa batalla quedó sellada la independencia de Venezuela.

Después de la liberación del Ecuador, surgió el problema de Guayaquil. El general argentino, José de San Martín, que había libertado Argentina y Chile y dominado parcialmente el Perú, con el titulo de Protector, deseaba que la provincia de Quito sea anexada al Perú. Bolívar que tenía el sueño de la Gran Colombia, rechazó esa idea. Luego de infructuosas negociaciones diplomáticas, Bolívar y San Martín decidieron entrevistarse en Guayaquil. Ambos luchaban por la independencia americana, pero tenían concepciones diferentes sobre la organización de los pueblos liberados.

En Guayaquil, Bolívar demostró su gran talla de político y diplomático. Fraternalmente, pero con argumentos contundentes, convenció a San Martín sobre la conveniencia de que las provincias de Quito y Guayaquil formen parte de la Gran Colombia.


Después de la entrevista de Guayaquil, Bolívar predicó la necesidad de una gran Asamblea de los Estados Americanos, de Tratados sobre dos grandes principios: el de utipossidetis y el de arbitraje. Contento con la liberación de Panamá, habló del istmo como de "la gran vía del universo".

San Martín, había desembarcado en el Perú el 8 de septiembre de 1820 y proclamado su independencia el 28 de julio de ese mismo año, recibiendo en agradecimiento el titulo de "Protector", pero las tropas realistas seguían intactas en la Sierra. San Martín dejó el Perú en septiembre de 1822. En 1823, las tropas realistas tomaron de nuevo Lima.

La batalla de Junín, el 6 de agosto de 1824, que dirigió triunfalmente Bolívar, con su célebre carga de caballería, produjo junto con la batalla de Ayacucho (9 de diciembre de 1824), la independencia definitiva del Perú.

Después de rehusar al Supremo poder que le ofrecieron en el Perú, Bolívar se trasladó al Alto Perú (hoy Bolivia), cuya liberación proclamó el 16 de mayo de 1825, constituyéndolo luego en República independiente el 6 de agosto del mismo año, con el nombre de Bolivia que el Congreso le puso en honor del Libertador, a quien confirió además el título de Padre de la Patria.

Bolívar, como Libertador y Fundador de Bolivia, procedió a su organización política, redactó su Constitución, estableció escuela, dictó numerosas leyes y trató de darle la fisonomía de Nación moderna. Pero sus obligaciones en el Perú, le obligaron a entregar el mando presidencial a su amigo y colaborador, el Gran Mariscal de Ayacucho, Antonio José de Sucre, quien de ese modo fue el Primer Presidente de Bolivia, ya que el Libertador actuó como su Fundador.

De regreso a Lima, Bolívar fue nombrado Presidente Vitalicio, en 1826. Sin embargo, días más tarde partió para combatir la insurrección de Venezuela. Las intrigas y las desavenencias entre Páez y Santander, produjeron graves perturbaciones. Páez quería iniciar la revuelta pero fue contenido por Bolívar, quien entró triunfalmente en Caracas, en 1827. Regresó a Bogotá en 1828 y convocó la Convención de Ocaña para abril del año siguiente. Pero la división siguió avanzando en las sombras. El 25 de septiembre de 1828, en Bogotá, un grupo de conspiradores atentaron contra la vida del Libertador, el cual se salvó de la muerte gracias al coraje de Manuelita Sáenz.

En 1829, las intrigas empujaron al Perú contra Colombia, pero el Mariscal Sucre controló la situación en la batalla de Tarqui. La salud del Libertador desmejoraba por la vida agitada que llevaba constantemente. El 27 de abril de 1830 renunció al mando y se retiró al campo. Viajó a Cartagena con intención de embarcarse para Europa. En esa ciudad de la costa colombiana, recibió la infausta noticia del asesinato del Mariscal Sucre, en la montaña de Berruecos, el 4 de junio de 1830.

El 10 de diciembre se agravó su salud. Habló de nuevo a los pueblos, pidiéndoles la unión. Pero el mal que le aquejaba acabó con su vida el 17 de diciembre de 1830, en la Quinta San Pedro Alejandrino, en Santa Marta, Colombia, donde era atendido por el médico francés Próspero Reverend y por sus amigos devotos. Por una ironía del destino, la casa donde falleció el Libertador era del español Joaquín de Mier.

Los restos del Padre Libertador Simón Bolívar, recién fueron repatriados en 1842, y trasladados al Panteón Nacional el 28 de octubre de 1877, durante el gobierno del masón Antonio Guzmán Blanco.

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